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La autoinvalidación un golpe para la identidad autista

Por Dra. Larissa Guerrero



La autoinvalidación en el autismo representa un desafío importante en el camino hacia la aceptación personal y el empoderamiento. Se refiere al proceso en el cual las personas autistas, debido a la exposición constante a estereotipos negativos, discriminación y falta de comprensión, comenzamos a adoptar y creer en estas percepciones externas sobre uno mismo como algo verdadero. Este proceso puede ocurrir de forma consciente o inconsciente, y tiene un impacto significativo en cómo nos vemos a nosotros mismos.

 

Cuando una persona autista experimenta invalidación, es decir, cuando nuestras experiencias, emociones y necesidades son ignoradas, menospreciadas o rechazadas por otros, comenzamos a cuestionar la validez de nuestros propios pensamientos, experiencias y sentimientos. Esta invalidación puede provenir de diferentes ámbitos, como la familia, la escuela, el trabajo o la sociedad en general. Comentarios despectivos, actitudes condescendientes o la falta de apoyo alimentan este sentimiento de invalidez. La internalización de estos prejuicios y la invalidación de experiencias propias tienen consecuencias negativas en nuestra salud mental y nuestro bienestar emocional. Puede llevar a una disminución de la autoestima, aumento de la ansiedad, depresión e incluso problemas de identidad.

 

La autoinvalidación es un fenómeno complejo que se manifiesta cuando una persona niega, minimiza o descarta sus propias experiencias, emociones y necesidades. En el contexto del autismo, esta tendencia puede ser especialmente perjudicial debido a la constante invalidación experimentada desde la infancia hasta la vida adulta. A lo largo de los años, las personas autistas enfrentamos comentarios despectivos, estereotipos dañinos y una falta general de comprensión por parte de nuestro entorno. Esta invalidación repetida crea una profunda sensación de inadecuación e insuficiencia que contribuye a una reducción en la seguridad personal. La falta de validación de las experiencias autistas puede llevar a cuestionarnos constantemente la legitimidad de nuestras propias percepciones y sentimientos, lo que genera una lucha interna por la aceptación personal y el reconocimiento de las necesidades individuales.



El capacitismo internalizado y el trauma por invalidación juegan un papel importante en la autoinvalidación. El capacitismo internalizado es un fenómeno que va más allá de simplemente reconocer los prejuicios y estereotipos sociales hacia las personas con discapacidades. Se trata de un proceso complejo en el que las personas autistas internalizamos las actitudes discriminatorias y las aplicamos a nosotros mismos. Esto sucede, como resultado a la exposición constante a una sociedad que valora ciertos estándares de funcionamiento y comportamiento, ya que adoptamos creencias negativas sobre el autismo y nosotros mismos.

 

El capacitismo internalizado es perjudicial para las personas autistas y para cualquier persona con discapacidad. La internalización de actitudes discriminatorias hacia uno mismo tiene un impacto devastador en la autoimagen y la autoconcepto. Si estamos constantemente expuestas a mensajes sociales negativos y estereotipos dañinos, podemos llegar a creer que nuestras diferencias son defectos personales. Esta creencia puede arraigarse profundamente en nuestra identidad y afectar negativamente nuestra autoconfianza. Es importante reconocer que el capacitismo nunca es bueno y que adoptarlo sólo conduce a la negación de la propia identidad y al refuerzo de estereotipos ridículos. El capacitismo internalizado puede ocurrir de varias maneras. Puede manifestarse a través de comentarios despectivos o actitudes condescendientes, tanto en el entorno social como en los medios de comunicación. Además, surge de la falta de representación positiva y la sobrevaloración de la neurotipicidad en la sociedad.

 

Por su parte, el trauma por invalidación es una consecuencia grave de las experiencias repetidas de ser ignorado, menospreciado y rechazado debido a nuestras diferencias. Este tipo de invalidación puede ocurrir en una variedad de contextos, incluidos el hogar, la escuela, el trabajo y las interacciones sociales. Los comentarios despectivos, la falta de apoyo y la falta de comprensión contribuyen significativamente a este trauma.

 

Cuando una persona autista se enfrenta constantemente a la invalidación de sus experiencias y necesidades, el impacto va más allá de una simple sensación de invalidez. Esta constante invalidación puede llevar a una profunda sensación de autoinculpación y autojuicio, donde la persona comienza a cuestionar no sólo su validez en el mundo, sino también su valía como ser humano. Este sentimiento de que constantemente "nos equivocamos" o "todo lo hacemos mal" puede ser abrumador y contribuir a un ciclo de autocrítica destructiva.

 

El trauma resultante deja cicatrices emocionales profundas que afectan la autoimagen. Nos sentimos como si no encajáramos en ningún lugar y como si no fuéramos dignos de amor o aceptación. Esta sensación de desconexión y alienación perpetua dificulta aún más el desarrollo de una identidad positiva y el establecimiento de relaciones significativas. Sentimos como si estuviéramos mirando el mundo desde afuera, incapaces de conectar realmente con los demás y sintiéndonos cada vez más aislados.

 

 

 

 

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